Después de una fiesta salvaje de Navidad, lleve a mi impresionante hermanastra a casa. Ella chupó ansiosamente mi enorme polla negra antes de que yo la taladre su apretado coño y culo. Sus gemidos resonaron mientras la llevaba duro y profundo.
En vísperas de Año Nuevo, mi hermanastra y yo nos quedamos solos en nuestra casa después de una fiesta de Navidad.El ambiente era eléctrico con anticipación ya que siempre habíamos compartido una química atemorizante.Sabía que ella esperaba ansiosamente un encuentro caliente conmigo, y yo estaba más que listo para cumplir sus deseos.Inicialmente, ella me provocaba con sus movimientos seductores, pero pronto no pudo resistir más y me permitió tomar el control.La levanté con rudeza y la posicioné de tal manera que pudiera penetrar su pequeño y apretado coñito por detrás.Sus gemidos de placer resonaron a través de la habitación mientras le taladraba su húmedo coño con mi fuerte polla negra.Por medio, me permitió echar un vistazo a sus picaduras rosadas, y me aseguré de dejarla saber cuánto disfrutaba de la vista.Al cabo de un rato, retiré mi polla de su coño y la dejé chuparla, antes de hundirla de nuevo.La noche terminó con que yo la follara duro y profundo, dejándola completamente satisfecha.
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