Necesitaba darle sabor a mis cosas a mi novia de 18 años, así que interrumpí su sesión de juegos móviles con un poco de sexo duro. A ella le encantaba, y lo tuvimos salvajemente.
Me estaba cansando de que mi novia estuviera pegada a sus juegos móviles todo el tiempo.Necesitaba sacudir las cosas y volver a llamar su atención sobre mí.Decidí tomar el asunto en mis propias manos y darle un sabor a sexo duro.La jalé de su cabello y la empecé a follar duro, asegurándome de que supiera quién estaba a cargo.Ella se sorprendió al principio, pero el dolor y el placer se mezclaron, haciéndola anhelar más.No me contuve, empujando sus límites y explorando nuevas profundidades de placer.Sus gemidos llenaron la habitación mientras continuaba deslumbrándola, mis dedos y mi polla trabajando en tándem para llevarla al borde.La vista de su retorcimiento del placer fue suficiente para hacerme correr fuerte, dejándola sin aliento y con ganas de más.
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